22/2/17

LOS INEPTOS AMIGOS DE MIGUEL A. YUNES LINARES, RECIBIENDO PREMIOS...



Edel Álvarez Peña: Que la familia se trepe al poder.

POR: MUSSIO CARDENAS ARELLANO.

Sin grupo, sin fama, Edel Álvarez trepa a los suyos al poder, a su familia aunque no sepan gobernar, a sus amigos, a sus compadres, a sus empleados, convencido el “magistrado” que, como en la justicia, echando a perder se aprende.
Su última gesta es llevar a su hermano Lorrimer Álvarez Peña a la jefatura de la Oficina de Hacienda del Estado en Coatzacoalcos, sin horas de vuelo en el servicio público, visto como rémora del clan, intendente de Diario de Acayucan, periódico de la cadena que detenta el presidente del Poder Judicial de Veracruz.
Lorrimer, el menor de la familia Álvarez Peña, integrada por Edel, Jorge, Mery y Silvio, ha sido director de Diario de Acayucan desde 2003, sin ser periodista, sin dar teclazo, sin que se le conozca un reportaje, sin lustre en las letras, sin dar cabida a la lucha social.
Lo suyo es el negocio de la información. Así: el ne-go-cio, el convenio con gobiernos y alcaldías, los ganaderos y el comercio, los partidos y los candidatos, las planas y las gacetillas, lo que da dinero y fortuna, que hicieron de Diario de Acayucan uno de los puntales del emporio de papel del magistrado Edel Álvarez Peña.
No es la información crítica, ni el análisis que cimbre, ni la revelación oportuna. Lorrimer Álvarez fue en el consorcio de su hermano sólo un alfil más, sin ofrecer información de calidad ni espacio para los desposeídos. El convenio supone el aplauso, el pago implica sumisión.
Llega el viernes 17 a la Oficina de Hacienda del Estado en Coatzacoalcos, donde dice hay abandono, desorden, falta de atención. Seguro nadie le explicó —ni Lorrimer se paró por ahí a realizar trámite alguno— que la automatización de los servicios, el pago de tenencia vehicular, de impuestos y contribuciones, todo se realiza en línea, o en los bancos, o en las tiendas Oxxo. Todo se concentra en las cuentas de la Sefiplan. El titular es sólo un figurín.
Patética su ignorancia, exhibe la faceta que es vox populi en torno al hermano menor del magistrado Cara de Muela, mote con el que el columnista Rolando Quevedo Lara bautizó a Edel Álvarez: no tiene idea en qué mundo le tocó vivir.
Su nombramiento retrata el vacío político en que se mueve el presidente del Tribunal Superior de Justicia del yunismo azul. Nadie circunda al magistrado. Ni sus fieles, que pronto huyeron, quisieron volver, robado su grupo por Marcelo Montiel, en 1994, tras la derrota en la diputación federal.
Se fue Segundo Grajales, su alfil político, hoy alcalde de Puente Nacional, primo de Marcelo Montiel Montiel, a quien Edel le diera empleo, subdirector de Liberal del Sur, su periódico, sin ser periodista, regidor en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y luego sintió en la espalda el filo de la traición.
Se alejó Maritoña García Cortés, ex jefa de publicidad en Liberal del Sur, el periódico líder en el consorcio, contadora pública, empresaria, exitosa en su negocio de relax femenino, el masaje, las cremas, el rejuvenecimiento personal, el spa con el que se vuelve a nacer.
Maritoña fue también regidora en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, y de ahí brincó al grupo de Marcelo Montiel, engañada, sorprendida, creyendo que sería lideresa del PRI municipal, esperando que algún día las promesas de sus nuevos patriarcas se hagan realidad.
Fue de Edel, de Marcelo, de Víctor Rodríguez, al que siguió en la derrota en la contienda por la diputación federal en 2016; de Jesús Moreno, hoy aspirante a candidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos.
Colocó el insigne magistrado Cara de Muela a Nora Edith Torruco Vera, concuña de Lorrimer, en el Registro Civil de Coatzacoalcos, sacudiendo a la estructura política, no por oponerse al relevo sino por la falta de perfil de la nueva titular.
Una versión entre los reporteros afirma que la primera expresión de Nori Torruco fue preguntar cuáles actas de nacimiento se cobran y cuáles no.
Nori Torruco es hermana del ex alcalde de Agua Dulce y actual director de Educación Tecnológica del gobierno yunista, Alejandro Torruco Vera, a quien en medios de prensa afirman que le fueron dadas las llaves del reino, suya la decisión de quiénes serán los candidatos del PAN a las alcaldías en el sur de Veracruz. De ahí el caos.
Alejandro Torruco Vera es un político especial. Por sí mismo logró posicionarse políticamente en Agua Dulce. Mediante alianzas escaló, gestó un nombre, creció hasta lograr la postulación por el PAN y finalmente ser alcalde.
Si fuera el factotum de la sucesión, su cuñado y esposo de Nori Torruco, Juan Manuel Rodríguez Caamaño, sería ya el candidato del PAN. Pero no lo es.
Edel Álvarez le da a los familiares directos, a los parientes políticos, a los amigos y a los compadres, quizá el más querido Andrés Cruz Ibarra.
Desde sus tiempos de juez en Coatzacoalcos, Andrés Cruz Ibarra sabía, percibía lo que Edel Álvarez llegaría a ser. Y atinó.
Alcanzó Cruz Ibarra la magistratura en el Poder Judicial de Veracruz y ahí esperó a Edel, quien logró acceder de la mano de Fidel Herrera Beltrán, en 2010, provocando la ira de los magistrados con formación, magistrados con carrera, magistrados reales.
Aquella frase de Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros lo dijo todo: “Ahora cualquier pendejo puede ser magistrado”.
No se sabe a quién dirigió el dardo. Con Edel Álvarez llegó Fernando Charleston Salinas, ambos alemanistas. O quizá a los dos.
Cruz Ibarra es hoy el operador de lujo de Álvarez Peña. Con él se da el contacto con todos los jueces del estado, con él se reportan, a él halagan, a él se deben nombramientos y disimulo.
A María Inés Núñez Monreal, ex contralora del consorcio periodístico, la envió al Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos, donde encontró un caos, escenario de conflicto y violencia verbal, donde manda la mafia sindical, donde gobierna el ex director y ex dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del ITESCO, Ricardo Orozco Alor, servil al ex gobernador interino de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado, presunto amigo y socio de Edel Álvarez. Sólo presunto.
Ex gerente de Liberal del Sur, ex tesorera municipal, María Inés Núñez fue la tercera regidora del grupo edelista… y la última.
Capotea hoy el vendaval, más tiempo parado el Itesco que en funciones, boicoteada por Ricardo Orozco y su gremio, que exigen salarios atrasados, liquidaciones, lo que sea para mantener sin actividad a la institución. La enviaron a la guerra y no le dieron armas.
Sin grupo político, Edel Álvarez echa mano de parientes, amigos, compadres, empleados para enfrentar el reto de operar para el yunismo, con el que reñía cuando desde el Liberal del Sur era aplaudidor de Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte, hasta que su consorcio se pulverizó.
Fue negocio aplaudir y cobrar, perdiendo lectores y sobre todo credibilidad. Llegó la insolvencia, el adeudo, el conflicto con Javier Duarte y arrancó el pataleo.
Inútil despertar del magistrado Edel Álvarez, cuando Liberal del Sur enfrenta conflictos internos, reduce páginas, paro de labores, reclamo de reporteros, ninguneado por la opinión pública, ignorado por la clase política.
Con el señuelo del consorcio de papel, engañó a Miguel Ángel Yunes. Con el cuento de un grupo político, le da trabajo a la familia.
Si los Yunes van por todo —Miyuli gobernador, Fernando alcalde de Veracruz, Chiquiyunes próximo gobernador— por qué los Álvarez-Torruco-Caamaño no.
Así es el nepotismo azul.