Mario Gutiérrez es coguionista del documental ¡De Panzazo!. (Cortesía)
Opinión: La maestra al desnudo.
Febrero 24, 2012 11 Comentarios
“Poder es poder, señores, poder es poder”, se escucha de los labios de Elba Esther Gordillo. Así comienza en "¡De Panzazo!" un recuento histórico de las intervenciones donde la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) habla de su deber frente al sistema educativo mexicano. Son décadas de discursos resumidos en dos minutos de imágenes que desnudan la retórica de Gordillo y muestran una secuencia de su encendido discurso en el que, compromiso y calidad, son las palabras más repetidas.
La de la Maestra es una voz fuerte y clara en el documental ¡De Panzazo!, dirigido por Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret de Mola, que se estrena este 24 de febrero. En la entrevista que ofrece para la película, Gordillo habla sin cortapisas. Cuando Loret de Mola la cuestiona sobre el destino del dinero que recibe el SNTE, la Maestra no quiere revelar en qué utiliza los miles de millones de pesos de recursos públicos. En un arrebato de franqueza asegura que no lo dice “por estrategia política”.
Gordillo habla con sinceridad, pero no es transparente. El SNTE dice estar abierto a una revisión objetiva e integral del estado que guarda la educación en México, pero no acepta ningún tipo de crítica. Ante la llegada del documental a los cines, el Sindicato ha realizado una campaña en medios electrónicos para minimizar el efecto que pueda tener ¡De Panzazo! en los maestros, padres de familia y público en general.
En Jalisco, maestros de educación básica han recibido una carta atribuida en la parte superior de la misma a Emilio Zebadúa, presidente de la Fundación SNTE, en la que se califica a "¡De Panzazo!" como “un trabajo de campo o parte de un estudio de antropología social de jóvenes entusiastas, pero amateurs en el ámbito de la educación pública”.
La carta -sin membrete del sindicato ni firma- acusa que la película es parte de una estrategia que busca “acabar con los derechos de los trabajadores de la educación” y “privatizar la educación”. Quien escribe el texto no ha visto el documental, que deja en claro que la educación privada está en los mismos niveles mediocres que la pública.
La carta, que tiene los mismos argumentos utilizados por Zebadúa en un artículo de opinión para descalificar al documental, fue repartida en días previos al estreno por los directores de escuela. El texto concluye que “el documental no es un trabajo terminado”. En eso tiene razón, es apenas el principio de un movimiento ciudadano que ya no quiere escuchar más promesas vacías ni discursos demagógicos.