Donde el cinismo ya rebasa lo tolerable es con los consejeros del IFE, que no sólo rebuznan cada vez que abren la boca, sino que además pretenden que su estupidez y desvergüenza sea apoyada por la ciudadanía.
Lunes 27 de Agosto del 2012.Ahora que es cada día más claro, no sólo que Fecal fue producto de una imposición empresarial, sino que bastaron los 12 años de panismo para que el PRI regrese y no precisamente recargado, sino narcocargado; sólo la estupidez enajenada puede seguir ignorando lo que es mundialmente escandaloso.
Que el PRI no solamente se compró una elección, sino que además pretende implantar un régimen no sólo autoritario si logra la imposición al frente del Ejecutivo federal del niño Televisa, lo que parece que así será, si el movimiento social no emprende acciones más contundentes que afecten los bolsillos del empresariado chatarra, que quiere el control político del país, sino además un régimen que estará ligado plenamente al crimen organizado.
Y Bastan de ejemplo los coordinadores parlamentarios, que no sólo no representan un nuevo PRI, sino que son los herederos de lo más decadente de ese partido político, acusados por sus presumibles nexos con el narcotráfico y con la red de pederastas, que también Fox y Calderón protegieron desde el desgobierno federal panista.
Donde el cinismo ya rebasa lo tolerable es con los consejeros del IFE, que no sólo rebuznan cada vez que abren la boca, sino que además pretenden que su estupidez y desvergüenza sea apoyada por la ciudadanía.
Hace unos días el Dr. René Drucker Colín publicaba en el correo ilustrado del periódico La Jornada la siguiente sugerencia al IFE: “Le sugiero al Instituto Federal Electoral que concluya que Enrique Peña Nieto es un SANTO”.
Sumándonos a dicha sugerencia hacemos una propuesta igualmente seria para que ya no seamos los ciudadanos los que sigamos pagando los inmorales sueldos de los “consejeros” y funcionarios del IFE. Institución que ya hace tiempo que dejó de ser un organismo ciudadano para convertirse en un abrevadero de cerdos mercenarios, que, por un lado se embolsan el dinero que se les paga con nuestros impuestos y con la riqueza que genera el trabajo de los explotados mexicanos y por otro se les paga con el dinero que compra voluntades; dinero que hoy se puede presumir sale del crimen organizado a través del PRI y de la telecracia, aunque los “consejeros ciudadanos” no puedan ver la realidad concreta que se les presenta.
Tal vez sería también recomendable que dichos “consejeros” apagaran sus televisores e igual hasta les da por pensar, aunque parece matemáticamente improbable el que conserven esa capacidad elemental.
Sería, digamos, menos inmoral, que el salario de estos enanos históricos (mal llamados “consejeros ciudadanos”) se los pague directamente Televisa y así los ciudadanos, menos enajenados o fuera del círculo meritocrático de los intelectuales orgánicos y desorgánicos que inundan las pantallas de la caja idiota, podríamos ahorrarnos la bilis al saber que esos personajitos de poca monta responden al patrón que los compra... Perdón: al patrón que los emplea.
Y también deberíamos proponer seriamente que el presupuesto del IFE, es decir ese millonario derroche de dinero público, se invierta en algo que verdaderamente valga la pena, como en salud pública, educación, seguridad etc., y que el presupuesto de esa inútil, para el país, institución electoral, se genere con un IFETON, organizado, por supuesto por: Televisa y que sea presentado por, digamos, Chabelo y Lucerito, futuros artífices de la nueva cultura nacional impulsada desde el Ejecutivo federal desde su nueva sede ubicada en Avenida Chapultepec en el Distrito Federal.