Carrillo Olea: Calderón se rodeó de ineptos
En entrevista con Reporte Indigo, Jorge Carrillo Olea revela secretos y opina sobre los momentos más convulsos de México.
Jorge Carrillo Olea es un viejo lobo de mar del sistema político mexicano. Quizá el último de su especie.
Es un ave de tempestades que igual genera simpatías queacusaciones lapidarias.
Con más de 40 años en el servicio público, sobre todo en áreas relacionadas con la seguridad nacional –es el padre del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y el primer zar antidrogas de México–, rompió el tradicional silencio que acostumbran guardar los hombres de su profesión.
En su libro “México en Riesgo”, recién publicado por la editorial Random House Mondadori bajo el sello de Grijalbo, Carrillo Olea revela secretos y opina sobre los momentos más convulsos de México.
También habla de los hombres que han marcado la historia reciente de México desde la perspectiva del riesgo que han implicado o implican para el país.
El también ex gobernador de Morelos, quien fue destituido del cargo en 1998 acusado de brindar protección a narcotraficantes y secuestradores –el caso penal finalmente no prosperó–, habló para Reporte Indigo sobre la masacre de octubre de 1968.
Reveló quién le ordenó destruir un archivo y cómo los militares sentían que actuaban como héroes aunque en realidad fueron asesinos.
También se refirió al “halconazo” de 1971 y a la actuación del coronel Manuel Díaz Escobar, jefe del grupo de pandilleros pagados por el Estado que mataron a más de 30 estudiantes, quien pretendió esconder a los más de 80 ó 100 ejecutores del fatídico Jueves de Corpus.
Carrillo Olea denunció la existencia de un sistema de conteo de votos paralelo al legalmente instalado en las elecciones presidenciales de 1988, lo cual pone al descubierto la manera de “hacer elecciones”.
Y da su versión sobre el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, hecho ocurrido en mayo de 1993. Insiste que fue un “accidente”, pero la Arquidiócesis de Guadalajara afirma que fue un homicidio e inculpa al propio Carrillo Olea.
El ex gobernador de Morelos no sólo mira hacia atrás para analizar los momentos más álgidos del país, sino que intenta marcar un camino para detener el deterioro nacional y proponer una solución.
De Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a quien le tocó ver recién detenido en 1993, amarrado como un cerdo, dice que es un absurdo que los miles de millones de dólares que genera su empresa del crimen sea tan misteriosos para el gobierno como su paradero.
También expone su opinión de Genaro García Luna, el joven policía que ingresó en 1989 al Cisen cuando Carrillo Olea era el titular de la dependencia. El general se deslinda de la paternidad intelectual del hoy secretario de Seguridad Pública federal y lo califica: “el señor no tiene competencia, pero sí unas ambiciones del tamaño del mundo”.
Al presidente Felipe Calderón lo acusa de haberse rodeado de un grupo de incompetentes que han llevado a México al caos actual.