Los culpables son los críticos
Autor: Guillermo Fabela Quiñones * | |
6 NOVIEMBRE 2011
Cuando no se tiene un mínimo conocimiento de la realidad, es impensable que se puedan tomar decisiones razonables. Esto es válido en todas las circunstancias de la vida; y más debe serlo para un jefe de gobierno, por la trascendencia de sus actos.
En este sentido, es muy preocupante que Felipe Calderón suponga que todo lo ha hecho bien, que incluso podría pasar a la historia como el mandatario al que no le tembló la mano para enfrentar a la delincuencia organizada, el que puso a México a salvo de los graves descalabros de la economía mundial. Así se desprende de sus declaraciones ante los integrantes del oligárquico Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, AC.
En dicha reunión mostró una intolerancia que revela un absoluto alejamiento de los hechos cotidianos. Reclamó a quienes lo critican porque “nada les parece”, y puntualizó: “Mientras le sigamos diciendo al mexicano que aquí no hay futuro, que todo está mal, que todo está como si fuera África Oriental, Estado fallido y otros temas, en esta medida el consumidor no va a comprar”. Según su punto de vista, somos los críticos quienes tenemos la culpa de los grandes problemas que están aniquilando a la sociedad, no sus políticas públicas y su estilo personal de gobernar. De acuerdo con su perspectiva, si nosotros no ejerciéramos nuestro trabajo, las cosas irían bien en el país.
¿Acaso puede una nación tener futuro con la terrible descomposición del tejido social que caracteriza a México en la actualidad? ¿Podría tenerlo, ahondando aún más en un modelo económico en bancarrota, que tiene al mundo en plena ebullición por las justas protestas de los millones de personas que están siendo agraviadas? ¿Es mentira que hay amplias regiones del país, principalmente en el Sureste y en Guerrero, cuyos niveles de vida son semejantes a los de África subsahariana? ¿Beneficia en algo a la población mayoritaria que, según Calderón, haya un déficit público manejable y una política macroeconómica al servicio de la oligarquía?
Sin duda, la realidad nacional es la que da sustento a las críticas que se hacen al presidente. Son plenamente justificadas. Su administración es rehén de una minoría que se beneficia de manera injusta y artera de la estrategia antidemocrática con que lleva a cabo su gestión gubernativa. Esto no se puede ocultar, como lo demuestra la fotografía de la reunión mencionada, donde se le observa cabizbajo junto a Emilio Azcárraga Jean y Lorenzo Servitje, entre otros conspicuos integrantes del exclusivo club de los multimillonarios mexicanos.