20/3/12

CNTE y Gobierno sin compromisos para la EDUCACIÓN.



Los reales motivos del CNTE.


Los Malos Maestros que en su mayoria pertenecen a este Sindicato, no quieren ser evaluados. 
Algunos ganan como maestros sin serlo.


Quieren tumbar a la Lacra Maestra del SNTE.


Y no existen compromisos con la CALIDAD EDUCATIVA por parte del Gobierno Federal, mucho menos por los Maestros.


Al nivel actual tardaremos 50 años en alcanzar los niveles promedios de Educación Mundial.



Por Héctor Faya Rodríguez  @hectorfaya
Marzo 18, 2012   
NOTA DEL EDITOR: Héctor Faya Rodríguez es abogado y maestro en Gobierno por la Universidad de Georgetown, especialista en Comunicación Política por la Universidad de Salamanca y profesor de Derecho en las universidades Iberoamericana y Panamericana. Ha colaborado en el Woodrow Wilson International Center for Scholars en Washington, D.C. y en el sector público y privado de México.

Enhorabuena a quienes no estuvieron en el DF el viernes pasado: ¡de la que se salvaron! Los que estuvimos por acá vivimos un día de caos vial, desesperación y malestar. Más de 25 mil maestros de varios Estados de la República tomaron las calles que utilizamos para ir a trabajar. No fue la típica marcha al Zócalo. Los contingentes se instalaron afuera de lugares como la Bolsa de Valores, la PGR y la Embajada de Estados Unidos. Más de 300 escuelas de educación básica quedaron afectadas. A éstas hay que sumarle las que se quedaron con las aulas vacías fuera de la capital.
¿Cuáles son los motivos reales del CNTE?
Primero. Los maestros del caos marchan porque no quieren ser evaluados y porque quieren cancelar la Alianza por la educación en México. Dicen que podrían quedarse sin trabajo si reprueban. ¡Ojalá así fuera! México necesita dar pasos firmes y no avanzaremos educativamente sin profesionalización magisterial. En este país hay de todo: maestros extraordinarios, medios y malos; lamentablemente los últimos son mayoría. Incluso algunos ganan como maestros sin serlo.
Segundo. Los maestros del caos también marchan porque quieren tumbar a Elba Esther de su sindicato rival, el SNTE. De entrada esta pretensión no sonaría tan mal si no fuera una realidad que los líderes del CNTE sólo quieren absorber el poder de la maestra para mantener secuestrada la educación. Ésta no se les va a hacer. Sabemos que está en chino arrebatar a Elba su negocio: el sindicato más poderoso de América Latina.
¿Y el Estado? El CNTE pudo sentar a negociar a las Secretarías de Gobernación y Educación Pública. Obtuvieron más créditos para viviendas, una nueva mesa de diálogo en el Senado, foros nacionales y no hubo un solo compromiso con la calidad educativa por parte de los maestros. Aún así, dijeron los maestros, la negociación fue limitada e insuficiente. 
¿Pará qué se van a esforzar los maestros en mejorar si pueden tomar las calles y las ciudades, y a partir de esto doblar al gobierno? Que nadie los toque, los evalúe o les pregunte nada. El país no se ha acabado a pesar de que tenemos uno de los peores sistemas educativos del mundo, ¿no? 
¿Qué hay de la libertad de tránsito de los afectados? En algún momento de las horas que pasé en coche el viernes escuché a un compañero de frustración alegar a un policía de tránsito: ¡Ciérrale el paso a la marcha, por qué a nosotros! No sólo los automovilistas nos quedamos varados, sino también decenas de miles de personas que utilizan el transporte público y bicicletas.
Coincidencia o no, el mismo viernes en la tarde el Presidente Calderón designó a un nuevo Secretario de educación, José Ángel Córdova Villalobos, en sustitución de Alonso Lujambio. A menos de un año de que termine el sexenio del Presidente Calderón se ve poco por hacer en materia educativa.
Urge en México entender una lógica de la que no escapa ningún país del mundo: donde hay cantidad y calidad en la educación hay desarrollo; donde falta, hay subdesarrollo. Hace tres décadas, Corea ocupaba el penúltimo lugar en educación entre los países de la OCDE y México era el último. Hoy Corea está a la cabeza y México sigue en el último lugar.
Así no podremos competir en un mundo que cada vez demanda más capacidad, innovación, productividad y creatividad. Al nivel actual tardaremos 50 años en alcanzar los niveles promedio de los países de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico.
Si el próximo gobierno federal no corta de tajo la tendencia hacia la mediocridad educativa seguiremos poniendo a las futuras generaciones de mexicanos contra la pared. Se requerirá de valor, visión estratégica e inteligencia para cambiar un sistema magisterial basado en la comodidad a uno basado en el mérito, en la transparencia y en la constante mejora de la mano de la sociedad.
Por el futuro de México ojalá lo logremos. Y mientras termino este artículo me entero de la última demanda de los maestros que participaron en la marcha: que no les descuenten el día de salario.