Sintomas de la Ingobernabilidad que vive Veracruz, la toma de Palacio de Gobierno, de Casa Veracruz, protestas de maestros, pensionados, becarios, Atletas ParaOlimpicos y es cuestion de tiempo para que estalle la huelga en el Poder Judicial de Veracruz y el "Ilegal" y "Espurio" Gobernador Iterino solo evade su responsabilidad.
El "Espurio" Gobernador de Veracruz Flavino Rios Alvarado dice, "yo no me robe nada" mientras el complice Secretario de Finanzas Antonio Gomez Pelegrin se rie cinicamente.
“El gobernador soy yo”, dice Flavino. ¿Y sí lo es? Si lo fuera no le habrían tomado el palacio de gobierno, ni lo increparan con insultos, o le llamaran cobarde, embustero, ladrón, obligado a huir mientras Casa Veracruz, la residencia oficial, es tomada por los alcaldes de oposición.
El falso gobernador que por fin habla cara a cara con los alcaldes del PAN y PRD, los que reclaman las partidas Federales ya de tres meses, mientras su ayuntamientos entran en fase crítica, algunos cerrando puertas, sin un centavo para pagar salarios.
Domingo 6. Se vislumbraba una vía de solución al conflicto por los dineros de origen federal que no aterrizan en los municipios, reprogramada la reunión del gobernador interino —y espurio pues para imponerlo se violó la Constitución de Veracruz—, acudiendo los ediles a la residencia oficial.
Grababa todo el presidente municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del gobernador electo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, y en la transmisión se observaba el plan evasivo de Flavino Ríos, la disculpa en los labios, tácitamente implicando al gobierno federal en la falta de recursos.
Le reclaman los alcaldes que los haya convertido en “casi limosneros”, sin hallar respuesta en el gobierno de Veracruz.
Una alcaldesa toma la palabra. Argumenta y exige. Finalmente le llama “tapadera” de Javier Duarte.
Se escucha una voz fuera de cámara: “Y lo que llegó este mes para nosotros?
Flavino Ríos pierde el habla. Se recarga en el asiento. Dirige la mirada hacia el teléfono celular del alcalde de Boca del Río.
Yunes Márquez lo increpa: “Díganos dónde dejó el dinero. Hace 15 días ya era usted gobernador. Dígale a los veracruzanos”.
Flavino responde:
“Punto número uno: no encubro a nadie y no me robé un solo centavo”.
—¿Dónde está el dinero que hace 15 días llegó para Boca del Río? —insiste Yunes Márquez—. ¿Qué le hizo? Eso es robar. Dígalo.
Conmina el alcalde al secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín, a revelar qué hizo con las partidas federales depositadas dos semanas atrás. El funcionario esboza una sonrisa burlona.
“No se ría que no es gracia —arremete Yunes Márquez de nuevo—. No sea usted ladrón”.
Ahí rompe el silencio Gómez Pelegrín.
—No es ninguna gracia pero tampoco me he robado un centavo.
—Entonces dígalo —reitera Yunes Márquez.
Flavino Ríos corta el diálogo. Se pone de pie. Yunes Márquez les suelta otra: “Ladrones, tramposos, ladrones. Nos faltan al respeto trayéndonos sin una solución”.
Ya de pie, a punto de abandonar la reunión, el gobernador interino insiste en que Yunes Márquez deje de grabar.
Otro alcalde se dirige al secretario Gómez Pelegrín. Le dice que es un sinvergüenza. “¿Dónde está el dinero?”, lo confronta de nuevo.
—Si el señor no deja de grabar yo me levanto de la mesa —dice Flavino Ríos.
Su preocupación es la evidencia registrada en el teléfono de Yunes Márquez, que en ese momento transmite en vivo.
Lo cuestionan si lleva alguna solución y no responde.
En otra parte de la grabación, Yunes Márquez encara de nuevo al secretario de Finanzas:
“¿Qué le hizo al dinero de los boqueños? Lo que nos viene a decir es que no hay solución. ¿Qué le hizo a los 350 millones de los boqueños? Usted, como secretario de Finanzas me mandó los documentos. Ahí no era Duarte el gobernador, era Flavino Ríos. Esos recursos vienen etiquetados para obras. ¿Qué le hizo a los recursos?”.
Le recuerda que de los 130 millones de pesos depositados por la Federación, envió 50 millones a Boca del Río. “Me dijo que a la otra semana mandaba 80 y a final de mes. Y así estamos desde septiembre. ¿En qué utilizó esos recursos etiquetados para los boqueños?”.
Con su habitual parsimonia responde Gómez Pelegrín. Usó los 350 millones de pesos de Boca del Río y los 164 millones de Tantoyuca para financiar el gasto corriente del estado.
“Pero eso es un delito”, le reclaman los alcaldes.
Y Gómez Pelegrín insiste en que no es un sinvergüenza.
Abandona la reunión Flavino Ríos. Sólo alcanza a escuchar que los alcaldes se quedan. Así se consuma la toma de Casa Veracruz, la residencia oficial del gobernador.
Se viraliza el sainete. Se fija la estampa de un gobernador tildado de ladrón, de cobarde, de tramposo, que emprende la huida ante la andanada, temeroso de que sus palabras queden registradas en el video.
Minutos después lo reseñan los portales en internet, inédita la toma del palacio de gobierno en Xalapa e inédita la toma de Casa Veracruz.
Lo reseña el portal Plumas Libres:
“Desde hace 10 días los ediles han mantenido tomadas las instalaciones de Palacio de Gobierno, y ahora tocó el turno a Casa Veracruz, donde había despachado Ríos.
“Ríos insistió con la idea de que él no robó nada y que no encubre al gobernador con licencia, Javier Duarte, ahora buscado por la justicia por los presuntos delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.
“También dijo que él no robó nada, y reconoció que se debe a los municipios 3 mil 800 millones de pesos.
“ ‘Lo aclaro y lo preciso: no me robé un solo centavo, no soy cómplice de nadie, y además tengo la mejor intención de hacer las cosas con transparencia’, agregó el funcionario que dijo antes ser amigo de Duarte, y era identificado como su mano derecha. ‘La demanda es legítima… pero tenemos juntos que buscar una solución. No es con marchas, con mitines, con plantones, con tomas de Palacio, como se resuelven los problemas. Tenemos que hacer gestiones ante el gobierno federal, para que nos ayude con este problema’, dijo Ríos.
“Cuando los alcaldes le preguntaron si tenía una solución para su demanda, Ríos respondió: ‘Hoy no tengo nada, mañana esperemos que nos caigan los recursos’.
“En el momento en que se levantó de la mesa Ríos, se escuchó al alcalde Yunes Márquez decirle ‘cobarde, supuesto gobernador de Veracruz… acá nos quedamos, primero fue el Palacio de Gobierno, ahora será Casa Veracruz’.
“Durante la semana, el secretario de Finanzas de Veracruz, Antonio Gómez, dijo que el gobernador Duarte dio la orden de desviar recursos federales etiquetados para los municipios y otros objetivos, y destinar ese dinero al gasto corriente.
“El dirigente estatal del PRD, Rogelio Franco, acusó en su cuenta de Twitter que en Casa Veracruz las personas en el gobierno hasta la televisión se llevaron”.
Nada describe mejor el caos que la toma del palacio de gobierno y ahora la toma de Casa Veracruz.
Saqueadas las arcas, a milímetros de la parálisis, el gobierno de Veracruz enfrenta su punto crítico. Protestan maestros y pensionados, becarios y atletas paralímpicos. En cosa de horas estalla la huelga en el Poder Judicial de Veracruz.
Agotadas las reservas, se sacuden los ayuntamientos porque sus Partidas Federales las retuvo el Gobierno Duartista y ahora el Flavinista, o la caricatura de lo que sería un gobierno decente. Primero retuvieron el dinero, luego lo desviaron. Y lo dice el secretario Gómez Pelegrín. Lo admite en una mezcla de cinismo y mala intención.
Y al caos financiero se agrega la incertidumbre social, el desempleo, los sectores que comienzan a sentir que la debacle los arrastra, y la violencia que deja luto y miedo, que provoca levantones y secuestros, ejecuciones y desaparecidos, porque el Duartismo, como antes la Fidelidad, abrió las puertas de Veracruz al crimen organizado con el que decidió co-Gobernar.
Son los síntomas de la ingobernabilidad que ya llegó.
CON INFORMACIÓN DE: MUSSIO CARDENAS ARELLANO.